NAFARROAKO TXIRRINDULARI ELKARTEA - ZIKLOTURISMOA

domingo, 7 de diciembre de 2014

CLASIFICACION DE LOS CICLOTURISTAS

TODOS LOS CICLOTURISTAS NO SOMOS IGUALES (Artículo publicado en el nº 7 de Cicloturismo a fondo en junio de 1998) Ni todos los hombres somos iguales, por más que mi suegra diga siempre lo contrario, ni todos los cicloturistas lo somos. En cualquier marcha, a poco que te fijes, podrás encontrar todo tipo de especímenes pedaleantes, y no me refiero sólo a los que circulan más rápido o más lento, sino a una clasificación más personalizada, más matizada, más humana. En primer lugar cabe destacar al principiante, al novato, a ése que se inicia en las marchas cicloturistas. Por esta categoría hemos pasado casi todos. Con toda su ilusión, con su timidez de primerizo, se le distingue fácilmente en la línea de salida por su bici nueva, pero visiblemente varias tallas por encima o por debajo de la que le corresponde, lo que le hace llevar una postura poco elegante sobre la bici; por su vestimenta, normalmente de algún equipo profesional donde ha corrido algún ídolo de masas; por sus calcetines de rayas azul y roja, de los que llevábamos al colegio de pequeños, etc. Pero sobre todo se distingue su virginidad en estas lides por el tipo de preguntas que suele hacer. Por ejemplo te puede preguntar si los coches de la organización llevan ruedas de repuesto, porque él sale sin cámaras ya que le han dicho que llevando poco peso subirá mejor, o cosas así. De todas formas estas cosas, como muchas, se curan con la edad, y la categoría de neófito se pierde enseguida. A las pocas marchas realizadas casi todos los mortales se han puesto al día en cuanto a corrección en la indumentaria, depuración del estilo, etc., ya que si no se evoluciona en este sentido se llega a esa baja categoría que no es otra sino la de globero. Globero, palabra fea donde las haya en el mundillo del pedal. No hay una definición objetiva de globero, ya que cada ciclista llama globero al que está por debajo de él en el vasto escalafón deportivo. Así los corredores, desde los juveniles en adelante, llaman de esta grosera manera, con ánimo despectivo, a todos los cicloturistas; los cicloturistas que andan mucho llaman así a los que andan menos; etc. Desde mi punto de vista entrarían en esta categoría de los sin casta los que sin ser principiantes siguen pareciéndolo. Llevan el casco torcido o echado hacia atrás, el culotte puesto de cualquier manera (incluso lo de atrás adelante o con los tirantes por encima del maillot) y siguen llevando una botella de yogur líquido en lugar de una ponchera. Más seriedad señores, que luego salimos en las fotos de la revista en alguna marcha y no vean la imagen que damos. Hay que pensar que esta revista se lee en Europa y así no hay quien llegue a Maastrich. Pero no se debe confundir al globero a secas con el "cicloglobero de elite", ya que este último es la quintaesencia del cicloturismo, el más límpido significado de la palabra cicloturista, la representación más sublime del hombre solo en la carretera con una bicicleta. El cicloglobero de elite conquista los kilómetros y los puertos sin pausa pero sin prisa. Quizás muchos vayan más rápidos, pero pocos van más lejos. Es el tragamillas de los cicloturistas. Lo más semejante a los tiempos heroicos del ciclismo. ¡Un respeto para el cicloglobero de élite! Se lo ha ganado. También abundan en las pruebas cicloturistas los ejemplares del tipo fantasma. Su bicicleta sirve al resto de mortales como catálogo de las últimas novedades tope de gama de las mejores marcas del sector. Que quieres ver las nuevas ruedas superligeras que han salido, pues seguro que hay alguno de éstos que las lleva. Pero la característica más destacable del fantasma es que sus prestaciones deportivas suelen ir en relación inversa al coste de su máquina. El caso contrario a éste es el de los que llevan la bici de su padre o abuelo, con cableado exterior, rastrales, frenos de tiro central, etc. Pero que a la hora de la verdad te dejan tirado en el primer repecho. Las apariencias engañan. Otro de los tipos que despuntan en el pelotón es el del vejete. Lleva más kilómetros recorridos que casi todo el resto del grupo junto. Te puede contar historias de la época de Loroño y Bahamontes como si las hubiese vivido ayer. Muchos cicloturistas, sobre todo los más jóvenes y bisoños equiparan el hecho de ser veterano a ser lento o globero. Craso error. Quizás en las más duras subidas el vejete ceda ante la chispa de la juventud, pero en el llano se ve a cantidad de veteranos tirando de pelotones con tanta fuerza o más que cualquiera. Otra subespecie, que no cabe destacar aquí porque se sale de la página, es la de tripero o barrigón. El ombligo le roza el tubo horizontal de su bici y por mucho aire que pegue el maillot nunca le ondea al viento. Como en el caso del vejete o en el de la bici vieja, es una equivocación muy común pensar que le dejaremos fácil, pues suelen desarrollar velocidades dignas de un obús y además es incluso conveniente no sobrepasarles, ya que nos sirven de excelente parapeto contra el viento de cara. Una rara avis dentro del pelotón, de la que desgraciadamente se ven muy pocos ejemplares salvo en marchas muy multitudinarias o en las de allende los Pirineos, es la de tía buena. ¡Cómo alegran los pelotones las cicloturistas! ¡Y cómo andan! ¡Con qué facilidad nos sobrepasan (por lo menos a mí)! Y qué me decís de las que llevan ropa de triathleta, con esos pantaloncitos cortos. ¡Cómo se forman grupos por detrás de ellas! Siempre hay algún gentil que dice eso de las mujeres primero (aquí ya no soy yo el único caballero). Aboguemos porque las mujeres practiquen más deporte. Esto redundaría en la salud y la alegría de todos. Y si desgraciadamente se ven pocas mujeres en los pelotones, más triste es la numerosa presencia de una especie carroñera ante la que no caben las bromas y que deberíamos de desterrar del asfalto. Hablo del cicloturista egoísta, el penoso. Sí, hablo de ése que no se para por nadie. Ya te puedes caer delante de él que seguirá su marcha sin preguntarte siquiera si te has hecho daño. Y no te digo nada si pinchas. Dará por supuesto que te quedan cámaras y que no se te ha caído el inflador. Esta especie debería estar en peligro de extinción, pero sin embargo, y muy a mi pesar, se propaga como un cáncer por la sociedad. Señores, el cicloturismo es para disfrutar y hacer amigos. Seamos deportistas y deportivos. Someramente éstos son los principales ejemplares de la fauna que nos podemos encontrar en una marcha. Probablemente haya muchos más. Entretente tú también clasificando a tus amigos, pero no te pases, no se vayan a enfadar. ¡Ah! Acabo de recordar un tipo de cicloturista que me han dicho que abunda mucho. Es el bueno, el que anda casi como los profesionales. Pero no puedo hablar mucho acerca de él. Casi no los conozco porque sólo los veo en la línea de salida. 1998. Javier Sánchez-Beaskoetxea